Un reciente estudio afirma que los procesos sísmicos y sus
réplicas aceleran la formación de oro en la corteza terrestre. Así han
concluido científicos australianos en un estudio publicado en la revista Nature
Geoscience, donde se explica cómo se producen los cambios del metal de un
estado soluble a depósitos concentrados miles de veces más grandes. Los
investigadores aseguran que este proceso «puede sustentar la formación de hasta
el 80% de los depósitos de oro del mundo». Gran parte del oro que existe en el
planeta se encuentra en vetas de cuarzo que aparecieron durante los períodos de
formación de las montañas hace unos 3.000 millones de años y que fueron
depositadas por grandes volúmenes de agua a lo largo de fallas profundas y
sísmicamente activas. Las vetas se formaron cuando los temblores abrieron una
cavidad llena de líquido en la corteza de la Tierra, provocando una caída en la
presión. Pero hasta ahora, la magnitud de estos cambios de presión y cómo
influyen en la formación del oro eran desconocidos. Los investigadores de la
Universidad de Queensland y de la Nacional de Australia desarrollaron un modelo
matemático para ver cómo ocurre el proceso, y encontraron que una caída
repentina de la presión en la fractura hace que el fluido del interior se
expanda y vaporice, un proceso conocido como de vaporización súbita.
Si bien hace tiempo que se sabe que vetas de oro se forman
por una deposición mineral de fluidos calientes que fluyen a través de las
grietas profundas en la corteza terrestre, lo que se descubrió es que ese
proceso puede ocurrir casi instantáneamente, posiblemente en tan solo unas
pocas décimas de un segundo, cuando se produce un terremoto.
Según indica el estudio, los científicos calcularon que un
sismo de 2 grados de magnitud en la escala de Richter puede incrementar una
fisura en 130 veces, mientras que un terremoto de 6 grados es capaz de
aumentarla 13.000 veces. Un solo terremoto puede no depositar niveles
significativos de oro, pero una serie de varias réplicas seguidas es capaz de
formar un depósito de oro «económicamente significativo».
A partir de este descubrimiento, es esperable que los
geólogos incluyan lugares nunca antes explotados en las búsquedas de
yacimientos de oro.