Con cada día que pasa, en nuestro país crece las consultas
sobre los distintos proyectos mineros, sobre los prospectos y las
exploraciones. En general, se discute sobre el impacto ambiental que
pueden llegar a tener estos emprendimientos, criticas muchas veces
esgrimidas sin demasiada fundamentación técnica y basadas principalmente
en prejuicios emocionales.
Tenemos que tener en cuenta que la gran minería
necesita de grandes inversiones de riesgo, por lo que usualmente las
empresa que invierten operan en escala mayor. Estas compañías también
suelen trabajar en mercados de crédito y de capital donde no pueden ser
descalificadas por algo tan sensible para todos como son los impactos
ambientales. Como resultado de esto, se puede entender que no es
apropiado para estas empresas modificar indiscriminadamente sus lugares
de operación y quedar expuestas a cuestionamiento de toda índole en sus
acciones.
Cuanto más grande e internacional es la empresa, más exigente es el
cumplimiento de las normas ambientales, tanto nacionales como
internacionales. Lo que se hace es controlar de una forma muy cuidadosa
que se estén cumpliendo con todas las normas, sobre todo si la empresa
es de una gran magnitud.
Gracias a la ingeniería moderna, se pueden calcular el impacto que se puede llegar a producir en una explotación minería,
como por ejemplo, el volumen de agua no restituible. También es
importante conocer los hechos científicos , saber cómo se manejan las
empresas mineras, su estándares de calidad, e intentar encontrar una
solución que sea satisfactoria para todos.